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5 razones por las que aprender a nadar es una excelente decisión

Aprender a nadar no es solo una actividad divertida para el verano; es una habilidad vital que ofrece beneficios a nivel físico, mental y emocional. Aquí te compartimos cinco razones fundamentales por las cuales todos deberíamos aprender a nadar:


1. Supervivencia y seguridad personal

Saber nadar puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones inesperadas. Ya sea durante un paseo en bote, una visita a la playa o una tormenta repentina, tener conocimientos básicos de natación y flotación mejora significativamente tus probabilidades de sobrevivir. También te permite ayudar a otros en peligro.

Imagina que vas un día a la playa, quizás con amigos o tal vez eres surfista. El mar abierto, aunque hermoso y sumamente divertido, presenta muchos posibles riesgos. La marea puede cambiar en un instante y pasar de olas tranquilas y fáciles de navegar a olas peligrosas que pueden poner tu vida en riesgo. Saber nadar aumenta tu seguridad y tu capacidad de enfrentar situaciones difíciles mientras estás en el agua.

2. Ejercicio completo y de bajo impacto

Nadar trabaja todo el cuerpo: fortalece los músculos, mejora la resistencia cardiovascular y estimula la coordinación. Es ideal para personas de todas las edades porque el agua reduce el impacto en las articulaciones, lo que lo convierte en un ejercicio accesible incluso para quienes tienen lesiones o limitaciones físicas.

“La natación no es sólo un ejercicio, sino una experiencia agradable y refrescante que puede mejorar la salud física, el bienestar mental y la calidad de vida.”
— John Whyte, médico en ejercicio y director médico de WebMD, citado en National Geographic, “¿Es nadar el ejercicio más completo y saludable que existe?”, por Daryl Austin, 2024.

https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2024/04/nadar-ejercicio-mas-completo-saludable-explicacion-cientifica

3. Reducción del estrés y bienestar mental

Sumergirse en el agua tiene un efecto relajante casi inmediato. La flotabilidad, la respiración controlada y el movimiento rítmico ayudan a calmar la mente y liberar tensiones. Muchas personas encuentran en la natación una forma de meditación activa que contribuye al equilibrio emocional.

Seguramente alguna vez has estado en la bañera después de un día difícil en el trabajo. La sensación de paz y relajación que sentimos bajo el agua libera endorfinas y serotonina, neurotransmisores conocidos por mejorar nuestro estado de ánimo y reducir el estrés.

4. Seguridad para ti y para otros

Aprender a nadar también te permite ser un acompañante más seguro en actividades acuáticas. Ya sea que cuides de tus hijos, amigos o familiares, saber cómo reaccionar en el agua puede evitar accidentes. Incluso podrías formarte en primeros auxilios acuáticos o salvamento básico.

Te cuento una historia de cuando era joven. Una vez, mis dos hermanos y yo fuimos a un cumpleaños familiar con mis papás, en una piscina. Era una piscina pequeña, pero de esas que en el centro son llanas y luego bajan rápidamente a 6 o 7 pies de profundidad. Mi hermano mayor, pensando que toda la piscina era llana (porque veía que la mayoría de las personas estaban de pie en el centro), se lanzó al agua. Lo que pasó después pudo haber sido una tragedia.

Mi hermano rápidamente notó que no tocaba el fondo y entró en pánico. Empezó a tragar agua y comenzó a ahogarse. Por suerte, mi papá lo vio y, aunque él tampoco sabía nadar muy bien, logró rescatarlo porque era más alto y apenas alcanzaba el fondo. Mi hermano solo sufrió unos minutos de tos mientras expulsaba el agua de los pulmones, pero desde ese día, mi papá decidió que los tres aprenderíamos a nadar.

Ese incidente marcó el comienzo de nuestro camino acuático, que hoy forma una gran parte de nuestro día a día. Gracias a esa experiencia y a lo que aprendimos, hoy en día ayudamos a niños, jóvenes y adultos a través de nuestras clases con Aqua Revolution, e incluso hemos salvado vidas como salvavidas certificados.

5. Una puerta a nuevas experiencias

Nadar te abre un mundo de aventuras: desde buceo y surf, hasta snorkel o simplemente relajarte en una piscina con confianza. Es una habilidad que te conecta con la naturaleza, con tu cuerpo y con momentos memorables de disfrute.

También te brinda la seguridad de participar en estas actividades solo o acompañado. Aunque siempre se recomienda estar acompañado en aguas abiertas (por la imprevisibilidad de las corrientes), es fundamental saber nadar. Lo más divertido suele estar más allá de la orilla —en el fondo del lago, el río o el mar— y sin esta habilidad, te perderías una gran parte de la experiencia maravillosa que el agua tiene para ofrecer.

Conclusión

Aprender a nadar es una inversión en tu salud, tu seguridad y tu calidad de vida. No importa la edad: nunca es tarde para lanzarte al agua y descubrir los múltiples beneficios que esta habilidad puede aportar. No dejes para mañana lo que puedes aprender hoy. Ven y lánzate al mar junto a nosotros.

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¿Por qué al ser humano le gusta estar dentro del agua?

Desde niños chapoteando en la playa hasta adultos sumergiéndose en piscinas o tomando largas duchas para relajarse, hay algo en el agua que nos llama de forma profunda y casi instintiva. Pero, ¿por qué nos gusta tanto estar dentro del agua?

1. Vínculo evolutivo y memoria corporal

Se cree que nuestros antepasados pasaron tiempo en ambientes acuáticos para sobrevivir. Incluso antes de nacer, pasamos nueve meses flotando en líquido amniótico dentro del útero. Esta sensación de “zerogravity” y contención está grabada en nuestra memoria corporal como un espacio seguro y cálido. Por eso, muchas personas encuentran el agua placentera: es como volver a casa.

2. Sensación de libertad y ligereza

Dentro del agua, el cuerpo humano pesa menos. La flotación reduce la presión en las articulaciones y permite moverse sin restricciones. Esto nos da una sensación de libertad que es difícil de encontrar en tierra firme. Para muchos, nadar o simplemente flotar es una forma de desconectar del mundo exterior y reconectar consigo mismos. Es una forma de dejar ir el estres y flotar en la calma de las olas (sea en la playa o en la piscina); el agua nos puede llevar a la paz.

3. Relajación y salud mental

El agua tiene un efecto tranquilizante sobre la mente. El sonido rítmico de las olas o el burbujeo suave bajo el agua puede inducir un estado de meditación. Además, estudios han demostrado que estar en contacto con el agua reduce el estrés, la ansiedad y mejora el estado de ánimo. No es coincidencia que tanta gente diga que “piensa mejor en la ducha”.

“La natación es una herramienta poderosa que puede ayudar a reducir los niveles de estrés y mejorar la salud y el bienestar en general.”
Abbie Fish, Swimming Science
Source ( https://swimming.science/es/como-ayuda-la-natacion-a-superar-el-estres)

4. Conexión con la naturaleza

Estar en el agua, especialmente en entornos naturales como ríos, lagos o el mar, nos reconecta con lo esencial. Nos recuerda que somos parte de algo más grande. Esta conexión con la naturaleza —y el misterio que encierra el agua como elemento vital y simbólico— despierta en nosotros una mezcla de respeto, curiosidad y paz.

En resumen, al estar dentro del agua, no solo nos relajamos físicamente, sino que también sanamos emocionalmente. Nos libera, nos reconforta, y de alguna manera, nos recuerda quiénes somos. El agua es vida, desde tener que tomarla, hasta bañarnos y sacar las impurezas del diario a vivir. El agua nos regala limpieza, ligereza y libertad.